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¿Cómo hacer alcohol de cannabis para dolores?
- En primer lugar Desinfectaremos a conciencia el bote o recipiente y cualquier elemento que vaya a intervenir en el proceso con un buen lavado con agua caliente y jabón procurando secar bien después. Aunque a veces no se le preste mucha importancia a asuntos como este, para mí, personalmente y tratándose de temas de salud, me gusta ser meticuloso en este aspecto.
- Introducimos la hierba (todas las hojas y cogollos enumerados en el punto anterior), en el bote o recipiente que vayamos a utilizar y la empujamos hacia el fondo con un mortero, algún objeto cilíndrico que pueda hacer la misma función y si no disponemos de nada similar en ese momento lo podemos hacer con los dedos. Se trata de empujar la hierba hacia abajo pero sin prensar en exceso.
- Añadimos el alcohol de 96º de forma cuidadosa al bote con la hierba en el fondo y lo cerramos con su tapón, aconsejamos un bote de cristal con tapón porque es más manejable para esta tarea.
- Agitaremos un poco el bote con la mezcla de alcohol y hierba, con movimientos de vaivén en dos direcciones. No es necesario agitar mucho simplemente hasta que todo el vegetal quede bien empapado en el alcohol.
- Maceración. Dejaremos la mezcla para que macere o repose durante 3 o 4 semanas en un lugar fresco y a oscuras. Durante el tiempo de maceración debemos agitarlo una vez al día.
- Filtrado. Una vez que tenemos nuestro alcohol macerado a nuestro gusto debemos filtrarlo con una malla fina, un filtro para el café, un trapo fino o algún objeto similar, separando la materia vegetal del alcohol.
- Con esto tendremos nuestro alcohol listo para usar. Podréis comprobar que la mezcla adquiere al principio un todo verdoso que es lo habitual, debido a la clorofila y también veremos que con el tiempo el tono se ira volviendo más marrón porque poco a poco se va deteriorando.
Conservación. Las propiedades medicinales de este alcohol pueden aguantar bastante tiempo si se conserva en condiciones. Debemos mantener el bote o recipiente en las mejores condiciones higiénicas posibles, limpiando los restos que puedan quedar adheridos al usarlo. No es aconsejable la luz solar, por lo que tendremos que elegir un lugar de almacenaje completamente a oscuras o con sombra. Una buena práctica, aunque no imprescindible, sería envolver el envase en papel de aluminio que lo aísla aún más de la luz. Si queremos llegar todavía más allá, podemos tener dos botes, ambos con papel de aluminio. Uno que sería el bote, llamémosle padre, donde está el grueso del producto y otro bote para uso habitual, más pequeño, con algún tipo de dosificador o pulverizador con el que haremos las friegas. De esta manera evitamos abrir el producto padre en muchas ocasiones y conservaremos mucho más tiempo sus propiedades. El bote o recipiente debe estar bien cerrado y abrirse solo las veces que sea imprescindible.
Otra práctica aconsejable es mezclar este alcohol con aceites de oliva o de almendra para suavizarlo un poco ya que el alcohol común usado con mucha frecuencia seca bastante la piel y es muy recomendable hacer estas combinaciones para favorecer la hidratación.