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Hasta nuestros días existe mucha confusión sobre el mundo del vapeo. Este ha ganado adeptos gracias a su gran efectividad a la hora de luchar contra la adicción al tabaco. Sin embargo, su similitud con fumar cigarrillos tradicionales hace que todavía lo confundan o lo asocien al tabaquismo y a su efecto perjudicial para la salud.
Fumar o Vapear difieren de su significado; fumar se refiere a inhalar humo producido por la combustión de un cigarro; mientras que vapear significaría inhalar el vapor producido por el calentamiento del líquido del vapeador.
Es decir que hay una gran diferencia en el origen del humo que se inhala, en la primera es la combustión y en la segunda es el vapor, además de la sustancia que se emplea para ello, cannabis contra líquido para vapear.
La principal diferencia entre vapear y fumar es que en la vaporización no se quema la cannabisAunque todavía no se sabe si vapear es 100% seguro, se cree que es mucho más saludable que fumar. La razón es que casi todas las sustancias perjudiciales que se producen cuando se fuma, son generadas por el proceso de combustión, independientemente de si estás usando marihuana o tabaco.
Durante la vaporización no se quema la hierba, por lo que no se produce humo, y, por lo tanto, se inhalan muchas menos toxinas y radicales libres que cuando se fuma un canuto.
El humo del tabaco contiene muchos agentes cancerígenos (sustancias que causan cáncer), razón por la que ha adquirido tan mala fama a lo largo de los años. Por desgracia, es muy probable que el humo del cannabis también contenga estas sustancias, aunque posiblemente en cantidades más pequeñas.
Además, el humo contiene alquitrán, que causa problemas en los pulmones, lo que hace que este método de consumo sea sumamente inadecuado para quienes padezcan algún trastorno relacionado con la salud pulmonar.
En un estudio sobre el consumo de marihuana, la American Lung Association ha descubierto que el humo del cannabis puede contener aún más alquitrán que el del tabaco.
Esto se debe principalmente al hecho de que los fumadores de cannabis suelen dar caladas más largas y profundas que quienes fuman cigarros., sino que se calienta a una temperatura determinada. El calor activa los cannabinoides y terpenos del cannabis, liberándolos en un vapor que luego se inhala.
Dado que no genera humo, como ocurre con los porros o los canutos, la vaporización aporta ciertas ventajas para la salud que no se consiguen cuando se fuma.
En un estudio de 2015], se les preguntó a 2.910 consumidores de cannabis de diferentes edades (18-90), sobre el consumo y vaporización de marihuana. El 61% de los participantes afirmaba haber utilizado un vaporizador alguna vez en su vida, un 37% admitió haber vapeado durante los 30 días anteriores, un 20% reconoció que vapearon más de 100 días, y un 12% confirmó que la vaporización era su método de consumo preferido. El estudio comprobó que quienes vapeaban opinaron que este método es “más saludable, produce mejor sabor, induce mejores efectos y es más satisfactorio”. Por otro lado, solo un pequeño porcentaje (14%) de los encuestados dejó de fumar por completo.
Un estudio de 2016 analizó las preferencias de un grupo de enfermos de cáncer que consumían cannabis para aliviar sus síntomas. Se comprobó que la vaporización era el tercer método de consumo preferido, después de las pastillas y los espráis bucales. Otro estudio de 2015[6] midió los niveles en sangre y confirmó estudios anteriores sobre la eficacia de la vaporización como medio de administración de THC.
¿Ustedes qué prefieren, vapear o fumar?